ELECCIONES A LA FEDERACIÓN EXTREMEÑA DE ATLETISMO



¡Esto se está poniendo que arde!
Es curioso, entre la política y el deporte, cada vez hay menos diferencia.
Por primera vez en las ELECCIONES A LA FEDERACIÓN EXTREMEÑA DE ATLETISMO, parece que se presentarán más de un candidato y, lo nervioso que se pone el personal. No estamos acostumbrados en el atletismo extremeño a esta situación y, lo peligroso es que aquí, todo se reduce un electorado muy escaso, no se si se llegará a los 500 censados con derecho a voto.

¿Por qué digo esto? ¡Muy fácil! En un censo tan reducido, la campaña, no se hace a través de redes sociales o medios informativos, no señores, se hace vis a vis, ofreciendo cargos, competiciones de cierto interés y nivel que no quiere nadie pero que, en Extremadura, los ayuntamientos están dispuestos a pagar por ellas.

La campaña electoral será de guante blanco, será de una limpieza extrema, nadie tendrá nada que decir de los candidatos, ni de una parte ni de otra pero,... la realidad es que en esos cara a cara, en ese contacto cuerpo a cuerpo, ganará el que más información tenga, el que más pueda ofrecer, el que menos escrúpulos tenga...

De momento se ven cosas en el censo que no son de recibo, un club que no lleva las dos temporada requeridas con licencia y aparece y otros dos que llevan bastante más, han sido eliminados debido a que en la prensa se ha escuchado que se fusionarán y harán un nuevo club entre los dos.
¡Por favor! El REGLAMENTO ELECTORAL es claro y concreto y, si algo, está mal redactado o surge algo que en ningún momento se pensaba, no se puede tirar por lo que se que se cree favorece a unos u otros.

Por último. Siempre me ha molestado aquellos que se sienten acreedores a ganar las elecciones, lógicamente antes de celebrarse, por el simple echo de que se necesita un cambio, la federación actual lleva ya mucho tiempo y hay que cambiar de aire pero,... de la misma forma, me molesta aquellos que estando en el poder, se creen con derecho a decir quien es válido o no para seguir presentándose o dejar de presentarse. En ambos casos, la democracia nos da libertad para poder decir con total tranquilidad, sin miedos a revanchas, que queremos y pensamos y ambas partes deben de ser respetuosas.

En fin.. ¡Se ha abierto la veda!